Suplemento de distribución gratuita
FLORIDA
Crónica de las cosas nuestras
Dr. Wiison Monti Grané
Fascículo séptimo
Suplemento especial de EL HERALDO
en el 75- Aniversario
FLORIDA - SETIEMBRE DE 1994
FLORIDA
Crónica de las
cosas nuestras
Testigo mudo
Una fuente con recuerdos
de Patria Vieja .
20 de Setiembre
Día de Itaiia y aniversario
de la Sociedad Italiana de Florida
La Yerba Mate.
LosValdensesen Florida.
La Estancia "La Calera"
está desapareciendo (Nota IV).
Leguisamoen Florida y
Don Talo Manera.
Ofidios en Florida (Nota II).
Un valiente hijo de la Patria.
La leche: Alimento vital
de la familia (Nota II).
Ecología: algo que debemos
aprender en nuestros
hogares (Nota III).
>5
w 3^^
üños
EL HERALDO
Apoya:
Junta Departamental de Florida
Hechos de la historia
Testigo mudo
UNA FUENTE CON RECUERDOS DE PATRIA VIEJA
La familia Pastorini-
Roca guarda un her¬
moso testigo de la Pa¬
tria Vieja: se trata de
una fuente de loza con
hermosos grabados,
que se conserva intac¬
ta, y que a través de
varias generaciones ha
sido guardada como
una reliquia que nos
habla de los viejos tiem¬
pos de la Patria.
En ella se sirvió un asa¬
do a los Asambleístas
de la Florida, en casa de
Don Salomé Peña, que
vivía entonces frente a
la Plaza (no sabemos
exactamente en qué lu-
Fuente de loza (Foto del archivo de El Heraldo).
Guichón, (que le había
escrito personalmente
hallándose muy enfer¬
ma), le trasmite la his¬
toria de esa fuente en
poder ya de Doña
Marcelina, pues ella
había asistido a la re¬
unión en que Don
Salomé Peña obsequió
a Don Antolín Urioste
con el citado objeto.
Relata también que
había oído de sus ma¬
yores la historia de esa
fuente, que luego repe¬
tiría Don Salomé Peña
en el acto de su regalo a
Urioste.
El valor de este objeto
es inapreciable y así lo
entienden quienes lo
conservan intacto, por
todos los recuerdos que
él encierra.
W.M.G. 25108196
Este vecino, conservó
la hermosa fuente has¬
ta que muchos años
después, siendo don
Antolín Urioste Jefe
Político de Florida
(1873 a 1874), durante
la Presidencia del Dr.
Ellauri, con motivo de
una fiesta Patria en una
reunión realizada en
casa de la familia Fer¬
nández, regaló a Don
Antolín la fuente que
atesoraba.
Al fallecer Don Antolín
Urioste, este precioso
recuerdo pasó a sus
descendientes: prime¬
ro a Don Toribio Urios¬
te, y luego a la hija de
éste. Doña Marcelina
Urioste de Pastorini a
quien alcanzamos a
conocer y tratar. A su
fallecimiento, su hijo,
Don Héctor Pastorini
Urioste y su esposa
Doña Hortensia Roca
de Pastorini, cuidaron
el valioso legado. Y al
faltar ambos, éste pasó
a sus hijos.
Esta documentación la
tomamos de una carta
de Don Alejo Guichón,
fechada el 17 de mayo
de 1940, y dirigida a la
Sra. Marcelina Urioste
de Pastorini. En ella,
dice que cumpliendo
con un mandato de su
señora madre. Doña
María Inés Vidal de
Dr. Antolín
Urioste
Jefe Político
durante
el gobierno
de Ellauri.
(Foto publi¬
cada en el
'lÁbro de
Florida!.
4
Hechos de la historia
20 de Setiembre: Día de
Italia y aniversario de la
Sociedad Italiana de Florida
El 20 de setiembre de 1870, se
aseguraba la "Unidad Italiana”,
luego de una enorme serie de
luchas, sacrificios, y enfren¬
tamientos bélicos e ideológicos,
que parecían casi imposibles de
vencer.
No vamos a tratar en esta nota
todos los hechos que llevaron a
la consolidación de esa unidad,
ni las causas que motivaron la
patriótica acción de ese pueblo,
subyugado a la invasión y codi¬
cia de otros países, y a ideas y
preconceptos que ya eran con¬
siderados retrógrados: los tra¬
tados de Historia Universal es¬
tudian en detalle ese proceso
tan importante en la vida de la
humanidad.
Sí, diremos que desde ese mo¬
mento, esa gran nación que es
Italia, se integró tal y como es en
el presente, al concierto mun¬
dial de naciones; su genio, su
Mazzini. (Foto publicada en
'Historia del Mundo" de José
Pijoan).
Garibaldi. (Foto publicada en
"Historia del Mundo" de José
Pijoan).
arte y su trabajo continuaron
proyectándose a todas las regio¬
nes del mundo.
Sus artífices, Garibaldi, Mazzini
y Cavour, fueron los "arquitec¬
tos” de la nueva Italia. A ellos
acompañó el Rey Víctor Manuel
11 de Saboya llamado el "Padre
de la Patria”.
El recuerdo de estos preclaros
hijos, se venera tanto en Italia
como en el resto del mundo, en
todos los lugares a donde la
sangre de este noble pueblo,
llegó no como conquistadora
sino para trabajar y propulsar
las artes y la ciencia.
Nuestra patria recibió a los hij os
de esa tierra, desde los albores
de su existencia. Ellos vinieron
a colaborar decididamente en la
conformación de nuestro Uru¬
guay, con su trabajo duro y su
cultura, que se mantiene a tra¬
vés de los siglos, ala vanguardia
del mundo.
Florida recibió a fines del siglo
pasado, un gran aluvión de
inmigrantes italianos que se es¬
tablecieron en todo el depar¬
tamento, pero particularmente
en nuestra ciudad, y formaron
un conglomerado de importan¬
cia.
No vinieron a comerciar ni a
especular con nuestras men¬
guadas riquezas: vinieron a dar
su esfuerzo en el trabajo de la
tierra y de la piedra; a producir
alimentos y a contribuir a for¬
mar -con sus hábitos pacíficos y
creadores- una sociedad más
laboriosa en nuestra aún indó¬
mita, rica y rebelde tierra, con
una democracia en formación y
con una desorganización im¬
portante.
La colonia italiana en Florida se
tomó numerosa, poblando los
alrededores de nuestra enton¬
ces villa, con huertas pletóricas
Cavour. (Foto publicada en
"Historia del Mundo" de José
Pijoan).
5
Hechos de la historia
La Loba Romana: regalo de Italia a nuestra ciudad, por gestiones de la entonces Comisión
Directiva de la Sociedad Italiana, ante el Sr. E>mbajador Don Andrés Perrero. E^tá emplazada en
la Plaza Italia, desde 1963, como simbolo de la Ciudad Eterna, y de un pueblo inteligente y IcJyorioso
que dio al mundo lo mejor de si. (Foto de E. Cerrutti, 1994).
de hortalizas, frutas y viñedos.
Muchos trabajaron la dura pie¬
dra en las canteras, con destino
a la edificación, y a su uso en
carreteras y vías férreas que se
estaban construyendo en todo
el país.
Cuando habían transcurrido
once años del acontecimiento
de la “Unidad Italiana”, el 20 de
setiembre de 1881 un grupo de
Italianos afincados en nuestra
villa fundó la “Sociedad de Mu¬
tuo Socorro Fra Gli Operai
Italiani” de Florida que tendrá
una vida próspera durante más
de un siglo. Era el mutualismo
local que despertaba. Casi al
mismo tiempo se fundaron la
Sociedad Francesa y la Socie¬
dad Española de Socorros Mu¬
tuos. Su fin era el de asegurar
asistencia médica, medicamen¬
tos, socorro económico en caso
de estar enfermo y no poder
trabajar, y sepulcro social en
nuestro cementerio.
Hermoso ejemplo de hombres
carentes de bienes que aspira¬
ban al mantenimiento de su
salud.
Hoy, esta institución sólo fun¬
ciona en el terreno cultural y
recreativo, tratando de unir a
todos los descendientes de ita¬
lianos y a los que no lo son pero
que quieran acompañarles.
Funciona en el mismo local que
construyeran sus esforzados
fundadores hace casi un siglo.
Funciona en forma promisoriay
generosa, dando a nuestro me¬
dio un centro de manifestación
cultural realmente importante.
Podemos decir que ha vuelto a
ser el importante centro cultu¬
ral de otrora.
Su comisión adquirió un her¬
moso piano de concierto y volvió
a dotar su sala de butacas. En
su sede laten importantes orga¬
nizaciones que allí se reúnen, y
la vida cultural de Florida toda
encuentra sus puertas siempre
abiertas para cualquier mani¬
festación del arte y diversas in¬
quietudes.
Reina gran entusiasmo en los
Directivos que llevan la respon¬
sabilidad de guiarla, tratando
de mantener y estimular los la¬
zos afectivos que se mantienen
a través de generaciones de des¬
cendientes.
W.M.G. 20109185 y 23/09/86
6
Mundo biológico
La Yerba Mate
(Nota I)
Los fríos y las sequías prolonga¬
das, peijudican notablemente
al arbusto o árbol (según su
desarrollo) llamado Yerba Mate
y su rendimiento en hojas, baja
notablemente en esas circuns¬
tancias.
Un hecho a considerar es que
los orientales, dejaremos de be¬
ber cualquier cosa, menos el
mate. Hemos debido sufrir em¬
bates de encarecimientos vio¬
lentos, pero aún con sacrificio,
el mate siguió siendo la bebida
nacional y tradicional.
Por eso nos ocuparemos de él
bajo sus dos aspectos: un as¬
pecto biológico y otro que tiene
un poco de espiritual, de
folclórico y de social; porque por
algo fue y seguirá siendo un
símbolo en la vida de los habi¬
tantes de este suelo.
¿Qué es la yerba mate?
Es un árbol pequeño, que a
veces tiene el porte de un arbus¬
to, llamado Uex.
Un botánico argentino estudio¬
so e investigador de su fiora,
indica la existencia de tres va¬
riedades de yerba mate recono¬
cidas y clasificadas industrial-
mente, que son: “Caa Guazu”
(Ilex brasüiense) que es la más
aceptada por nuestros palada¬
res; “Caa Mini” o “yerba
Paraguaya*' (Ilexparaguayerisis)
y la “Yerba Argentina" que en
esos lugares recibe el nombre de
‘Yerba Señorita”.
La ‘Yerba Brasilera” como se
dijo, es la más apetecida por
nosotros aunque su sabor no
depende solamente de su ori¬
gen, sino también del tratamien¬
to que sufre para la comercia¬
lización.
Estampa típica de nuestro
campo.
Restauradora de energías
Las hojas y las ramas tiernas
son las que se usan para la
elaboración de la yerba mate,
que también recibe o recibía
antiguamente el nombre de ‘Té
del Paraguay”.
Es una bebida altamente diuré¬
tica, estimulante y excitante. Es
considerada como restauradora
de energías y es estimulante del
organismo cansado. Muchos
consideran el hábito del mate
como un vicio, aunque en reali¬
dad no es estrictamente un vi¬
cio, pues de acuerdo a lo mani¬
festado por el diccionario, “vi¬
cio” es: gusto especial o dema¬
siada afición a una cosa que
incita a abusar de ella.
El tomador de mate no abusa:
toma mate a sus horas, desde
luego con las excepciones que
puedan existir.
Nuestra América tropical y sub
tropical conoce la yerba mate
desde épocas inmemoriales.
Cuentan viajeros del siglo XVIII
que nuestros indígenas eran
ávidos consumidores de “Yerba
del Paraguay” y que conjunta¬
mente con el tabaco y el alcohol
eran los mejores regalos que
apreciaban. Muchos natura¬
listas aseguran que nuestros
indios no contrajeron vicios
mayores, gracias a la presencia
de la yerba mate, vicios que
podían contraerse por el consu¬
mo de otros vegetales como la
coca, por ejemplo, tan difundi¬
da en otros lugares de América.
Desde el fondo de la historia
El Gral. Antonio Díaz (1789-
1869) observó que los charrúas,
cuando tenían yerba mate, la
echaban dentro de un recipien¬
te de barro secado al sol, o de un
porongo, le echaban agua y be¬
bían el líquido obtenido; tam¬
bién masticaban la yerba moja¬
da.
Viene pues, desde el fondo de la
historia, el consumo de la yerba
mate, el “vicio” más recomenda¬
ble y más sano de todos. Y como
nos decía nuestro Inspector de
Secundaría el Dr. Carlos Torres
de la Llosa, siempre debemos
aconsejar el mate, pues igual
que en el tiempo de los indíge¬
nas, puede alejar a nuestro pue¬
blo de otros vicios realmente
nocivos sobre todo para nuestra
juventud.
En la labor colonizadora de los
jesuítas, desde 1585hasta 1767,
hay que hacer notar sus esfuer¬
zos para introducir en sus
establecimientos agrícola - ga¬
naderos y propagar, el consumo
de Yerba Mate. Cuando los mi¬
sioneros bajaron de Guairá y
comenzaron a poblar el territo¬
rio de Misiones, no existía allí
este árbol, o existía en forma
silvestre sólo en algunos lugares.
7
Mundo biológico
Árbol de yerba mate.
En los primeros tiempos, los
indios hacían largos viajes en
busca de la yerba mate. Pero ya
en 1742, eran cinco los pueblos
que tenían sus propios yerbales
y satisfacían sus propias nece¬
sidades.
Difícil Aclimatación
Por estas razones la yerba mi¬
sionera siempre fue en su ma¬
yor proporción producida por el
hombre. Viente años más tarde,
todos los pueblos tenían tan
útiles plantaciones hechas por
el hombre, pues se trata de un
vegetal de difícil aclimatación,
como lo aseveran todos los bo¬
tánicos contemporáneos.
En nuestro país, crece silvestre
en algunos lugares de Ta¬
cuarembó y Treinta y Tres, so¬
bre todo en lugares serranos.
Debe intentarse su cultivo, que
signifícaría una gran riqueza
para nuestro país.
En aquel entonces, costaba
mucho trabajo hacer germinar
las semillas que venían desde
los montes nativos. Pero más
tarde, seleccionando las semi¬
llas, protegiendo las pequeñas
plantitas y luego trasplantán¬
dolas a lugares abonados, pro¬
tegidos y especiciles, las plantas
crecían lozanas mediante rie¬
gos adecuados. Decían los je¬
suítas que a los 8 o 10 años “se
podía hacer yerba”. Hoy quizá
las plantas sean más precoces.
A esa labor de los jesuítas deben
la Argentina, el Paraguay y el
Brasil, el poseer la inmensa ri¬
queza que esta planta significa,
y no sólo realizaron la planta¬
ción de yerbales sino la Indus¬
trialización de la yerba, que aún
hoy se sigue haciendo con mé¬
todos semejcintes.
La de los indios era nwjdr
Las notas de entonces, llegadas
a nosotros por los jesuítas; di¬
cen: “Hay sin embargo una gran
diferencia entre la yerba traba¬
jada por los indios y la trabajada
por los espciñoles; la de los pri¬
meros era muy superior, por su
aroma y gusto”.
El P. Cardiel, dice: “Los españo¬
les viendo estos yerbales, han
pretendido hacer lo mismo en
sus casas y granjas, y yo les he
dado semillas y receta para que
lo hagan; mas nunca lo consi¬
guieron, aún siendo las tierras
del Paraguay las más a propósi¬
to para estas plantas, que las
otras tierras”.
Los que ya tenemos algunos
años, pensamos que la yerba
que consumíamos antes era
superior. Su aroma se sentía
desde la vereda, cuando los co¬
merciantes abrían las “barricas”
de madera, en las que venía la
yerbabrcisileña, cuidadosamen¬
te embalada.
¿Era distinta? ¿Era más pura?
Son preguntas que ahora no
podríamos contestar.
El paladar oriental siempre pre¬
firió la yerba bréisileña. La yerba
argentina sabe a “yerba floja”, y
la yerba peirciguaya que alcancé
a ver en los comercios de Mon¬
tevideo, en sacos de cuero de
vaca incluso con su pelaje, era
demasiado fuerte y contenía
demasiados tallos, ^ra común
escuchar entonces ej (ficho: “Es
como yerba paraguaya: puro
palo”.
Antiescorbútica
Como dije antes, la infusión de
sus horas y tallos tiernos, posee
cualidades beneficiosas pqra el
organismo, pero ademÁs posee
una gran riqueza en Vitanüna C
o Antiescorbútica.
Esta vitamina es termplábfi, es
decir que se destruye por el ca¬
lor, por lo cual el icfeal sería
tomarla como lo hacían los in¬
dios: las hojas de yerba macera¬
das en agua fila, pires as^í su
riqueza vitamínlí^ no se destrur
ye. De la manera que tomamos
nosotros el mate, a los pocos
mates cebados, la Vitamina C se
destruye. Quiere decir que los
primeros mates, la contienen en
buena proporción, para luego ir
desapareciendo destruida por
el calor.
Dice el Dr. Jorge Lockait, en su
“Historia del Hospital Maciel”
que en 1842, se produjo en
Montevideo una gran epidemia
de escorbuto (avitaminosis C),
en la cual se asistieron 1553
enfermos y fallecieron 371 en el
Hospital, pero seguramente
muchos más en sus casas par-»
ticulares.
Indudablemente, esto fue debi¬
do a la carencia de alimentos
frescos, verdes, y quizá mate,
pues debemos tener en cuenta
que estábamos en plena Guerra
Grande, con la campaña con¬
trolada por léisfúerzas sitiadoras
y por ío tanto, la ciudad amura¬
llada de Montevideo estaba pri¬
vada de alimentos naturales fires-
8
Mundo biológico
eos como verduras y frutas.
Aquí se aclara más el problema:
la mayoría eran enfermos ex¬
tranjeros (franceses, italianos e
ingleses), no acostumbrados a
tomar mate, tan común en to¬
dos los estratos sociales crio¬
llos.
Investigadores argentinos sos¬
tienen que la raza americana del
sur, y fundamentalmente la rio-
platense, se salvó de la avi¬
taminosis C, y por lo tanto de
una destrucción progresiva,
merced al consumo de yerba
mate.
Nuestros indios la mezclaron a
frutas silvestres y nuestros crio¬
llos tomaron mate diariamente,
complementando una alimen¬
tación deficiente en Vitamina C,
como la carne asada o cocida y
galleta.
Los yerbales del norte se pro¬
yectaron hasta nuestro medio y
salvaron a generaciones de
rioplatenses que poseían una
alimentación insuficiente.
En este siglo, comenzaron a
plantarse yerbales en la zona
tropical y más en la zona
subtropical de América.
En nuestro país, en proporción
a sus habitantes, es donde más
se consume.
Diurética y laxante
Sólo hablamos de su riqueza en
Vitamina C, pero contiene de im
0,8 a un 2% de cafeína, algo de
teobromina (común en el ca¬
cao), 4,2% de grasas y ceras,
tanino, materias nitrogenadas,
trazas de aceites esenciales, co¬
lina, etc., etc.
Algunas de estas sustancias son
las que le dan a la yerba mate su
acción estimulante, diurética y
ligeramente laxante. Su compo¬
sición química es mucho más
compleja y no corresponde aquí
desarrollar este punto estricta¬
mente técnico.
Formas de consumo
Para finalizar este aspecto bási¬
camente biológico sobre la yer¬
ba mate, diremos que no exis¬
tiendo problemas orgánicos que
hagan que su consumo sea in¬
conveniente, es una excelente
bebida, bajo cualquiera de sus
formas: cebado en un mate (pe¬
queña calabaza que le ha dado
el nombre), en forma de té, solo
o con leche (mate cocido), frío o
Los
mensúes:
cosecha
dores de
yerba
en el
Paraguay.
Viven en
los yerbales
y llevan
su cosecha
a los
molinos.
“tereré”, común en el Paraguay,
en donde hemos tenido la opor¬
tunidad de beber infusiones de
yerba mate helada o bajo otras
formas que el hombre ha ideado
para su consumo.
Debe ensayarse en el Uruguay
su cultivo. Si la yerba mate es
capaz de vivir en forma silvestre
en los bosques y quebradas
norteñas, bien podríamos tra¬
tar de hacerla prosperar y pro¬
ducir, guiada por nuestra capa¬
cidad de trabajo.
Como se trata de una planta
muy sensible a los fríos, quizá
sea este su mayor problema.
Pero de lograrse que su planta¬
ción y su evolución prospera¬
ran, sin duda significaría una
fuente apreciable de riqueza y
ocupación de mano de obra para
nuestro país.
No poseemos datos del costo
que dignifica para el Uruguay la
importación de yerba mate, pero
sí sabemos que asciende a va¬
rios millones de dólares anua¬
les.
“Yerba de los ladrones”
Como un apéndice interesante
de esta nota sobre la biología de
este vegetal, debemos decir que
la cosecha debe realizarse a de¬
terminadas horas del día, pues
los estomas de las hojas (poros
de transpiración) están más di¬
latados y exhalan un perfume
más intenso, dando a la yerba
im gusto especial.
En cambio por la noche, al ce¬
rrarse los estomas de las hojas,
su gusto varía. Tanto es así, que
en Brasil, Argentinay Paraguay,
se sabe si es yerba cosechada en
horas de luz o de noche, por el
gusto que presenta; a tal punto
que a la yerba con menos sabor,
la Uaman “yerba de los ladro¬
nes”.
W.M.G. 30104186
9
Hechos de la historia
Los Valdenses en Florida
Un día de octubre de 1957, lle¬
garon a un lugar situado cerca
de Florida entre los parajes
llamados La Macana y Undero,
varios camiones, automóviles y
camionetas repletos de perso¬
nas que aparentemente desea¬
ban realizar un “paseo campes¬
tre” en la zona de Chacras de
Florida. Bajaron de sus vehícu¬
los, comieron, danzaron, bebie¬
ron y al final del día habían
construido una estela de pie¬
dra, parte de la cual habían
traído preparada.
Ésta mide más de dos metros de
alto y presenta la siguiente Ins¬
cripción:
“1857
Principio colonización valdense
en Uruguay.
1957. Los descendientes agra¬
decidos.”
En su parte inferior depositaron
una placa de bronce en donde
dice: “A los colonizadores lle¬
gados a Florida, los descen¬
dientes valdenses. Octtibre de
1957”.
Luego de concluida la construc¬
ción de la estela, aquel grupo de
gente, se retiró del lugar en sus
vehículos.
¿Quiénes son los valdenses?
¿Qué relación existe entre los
campos de esa zona de Florida y
los Valdenses?
Con respecto a la primera pre¬
gunta, transcribimos aquí, lo
que dice el Larousse Universal:
“Valdenses: Sectarios llamados
así por su fundador Pedro de
Valdo (Siglo XII). Los Valdenses
no admiten sino la Biblia, como
fundamento de su fe y no acep¬
tan la Misa y el culto de los
Santos, el ayuno y la confesión
auricular. Sus dos únicos sa¬
cramentos son el bautismo y la
Santa Cena o Comunión Sim¬
bólica.
Extendidos por toda Italia y di¬
fundidos en le Siglo XIV por
Provenza, fueron perseguidos
desde im principio por la Iglesia
Romana y en 1488, el Papa
Inocencio VIII, proclamó contra
ellos una nueva cruzada muy
severa; Francisco I, los duques
de Saboya y Luis XIV, Ies persi¬
guieron también por lo que
muchos de ellos huyeron de
Suiza y Alemania.
La Revolución Francesa les con¬
cedió la Igualdad Civil y Política,
después de la anexión del
Píamente, y Napoleón I leá favo¬
reció; pero Víctor Manuel I les
sometió más tarde, otra vez al
régtoen de excepción.
En 1848 se les devolvió definiti¬
vamente laigualdad política. Son
actualmente, unos doce mil en
el Piamonte pero existen igle¬
sias Valdenses aisladas en di¬
versos puntos en América, en
Rosario (República Argentina) y
en el Uruguay”.
Hasta aquí el Diccionario
Larousse, pero es posible que
existan muchas más agrupa¬
ciones valdenses dispersas por
Europa y América. Pueblo pací¬
fico y trabajador solo buscaban
un lugar en la tierra para traba¬
jar y poder practicar su religión,
pero sólo encontraron persecu¬
ción, despojo y hasta muerte
por el fanatismo religioso de la
época, debiendo huir y ocultar¬
se para salvar sus vidas y sus
convicciones.
Se refugiciron en los Valles
Piamonteses y desde allí péirtie-
ron hacia los lugares de Améri¬
ca en donde poder trahajar y
subsistir. Es desde allí que par¬
tió hacia el Uruguay un contin-
Estela recordatoria de la colo¬
nización Valdense. CFoto publi¬
cada en El Heraldo, 13112185).
gente de ellos, a poblar nuestros
dilatados campos, dados a los
primitivos colonizadores espa¬
ñoles en la primera distribución
de tierras en 1809, cuando la
fundación de Florida. Esas tie¬
rras llegaban hasta el Arroyo
Lindero (nombre dado puesto
que lindaban con los campos
aún semidesiertos y sólo pobla¬
dos con ganadería cerril).
Pero para tener un conocimien¬
to exacto y veraz, de la breve
estadía de los Valdenses en Flo¬
rida, nos remitiremos al valioso
libro escrito por los Sres. Ernes¬
to Tron y Emilio Ganz, titulado
“Historia de las Colonias
Valdenses Sudamericanas”.
En su Capítulo V titulado “Los
Valdenses en Florida”, dice: “Los
Valdenses no se establecieron
todos juntos, sino en distintos
pimtos, a una, dos y tres leguas
en la pintoresca Ciudad de Flo¬
rida, célebre por haberse jurado
allí la Independencia Uruguaya
en 1825. Los emigrantes consti¬
tuían 45 familias, de las cuales
10
Hechos de fa historia
15 estaban en buena posición
material y 30 en condiciones de
pobreza.
Al principio todo marchó perfec¬
tamente; poco después empe¬
zaron a surgir dificultades.
La llegada de estas familicts “pro¬
testantes” asustó aljesulta Fran¬
cisco Magesté, tanto más que
los habitantes se los disputa¬
ban para el trabajo y eran muy
apreciados por ellos. El jesuíta
Magesté influenció al Jefe Polí¬
tico Juan P. Caraviay éste envió
por tres domingos consecutivos
a un Comisario para que asis¬
tiera a los cultos que Baridón
celebraba en su casa. Un día se
presentó el Comisario Martínez
con 10 hombres armados en
casa de Baridón:
“¿Es usted el que bautiza y
casa?” le pregimtó.
“No señor”, contestó Baridón,
“estos actos litúrgicos no pue¬
den ser administrados por un
hombre que no ha recibido las
órdenes eclesiásticas”.
“Pero usted celebra un culto en
su casa”, observó el Comisario.
“Sí señor”, fue la repuesta.
“¿Y ha avisado a las autorida¬
des?”.
‘Todavía no, pero no tengo nin¬
gún inconveniente en hacerlo”.
“Bien; usted debe ir lo más pron¬
to posible a hablar con el Jefe
Político y con el cura, a ese
respecto”. Baridón observó que
era la Semana de Pascua y que
no le parecía oportimo hacerlo
enseguida, pero que lo haría en
la semana siguiente.
“Así sea”, dijo el Comisario y se
fue.
Baridón avisó a Juan Negrín y
los dos salieron a caballo para
Montevideo, pasando por la casa
de José Planchón que los acom¬
pañó también a la capital. Ex¬
pusieron la cuestión al Reve¬
rendo Pendleton, quien se en¬
trevistó con el Ministro del Inte¬
rior Antonio de las Carreras.
El Ministro, sorprendido, escri¬
bió una carta al Jefe Político de
Florida: Tengo, -decía la carta-
, excelentes informaciones acer¬
ca de esa gente: son trabajado¬
res, sencillos y por consiguiente
pacíficos. Y como el principio
constitucional es al mismo tiem¬
po im principio de progreso,
creo que se debe concederles
plena libertad en el cumplimien¬
to de sus prácticas y defender¬
los contra los ataques del fana¬
tismo, que podría suspenderlas
y hasta abolirías del todo. Espe¬
ro que usted tomará las medl-
dcis necesarias para que, una
vez persuadido del objeto de
esas reuniones, sean dejados
Ubres, y que la paz debe reinar y
no ser comprometida por nin¬
gún forastero, por ningún
pretexto...”. (Existe copia de esta
carta).
Con este precioso documento
los Valdenses volvieron a Flori¬
da. El día señalado, Baridón se
presentó al Jefe PoUtlco, quien
éil leer la carta, lo recibió con
muchísima amabiUdad.
Al despedirse de Baridón, el Jefe
PoUtico le dijo: “Podéis ejercer
vuestro culto en vuestra casa
con toda Ubertad, como mejor
os péirezca y cuando deseéis
construir un templo, decídme¬
lo, y yo me ocuparé de ustedes.
Id en paz, nadie os molestará
más y si alguno lo hiciere,
avisadme” (texto extraído de las
memorias de J. P. Baridón).
A pesar de esto, siguieron las
amenazas. Parece que el famoso
Magesté anunciaba en sus pré¬
dicas que iba a exterminar a
todos los “protestantes”.
Válganos el siguiente relato: im
día en que el fogoso Magesté
incitaba a sus feUgreses a come¬
ter actos de violencia en contra
de esos “herejes” Veddenses, el
organista de la Iglesia -|im ale¬
mán protestantel- prestó oídos
a estas palabras.
Éste conocía al Valdense
Marauda, un sastre radicado en
la ciudad, y no demoró en co¬
municarle la insidiosa sugeren¬
cia del pretendido vocero del
Hijo del Dios de amor.
Marauda a su vez, no tardó en
dar parte de todo esto a Juan
Pedro Baridón, que por enton¬
ces era el consejero y guía espi¬
ritual de nuestros colonos. Por
otra parte, los Valdenses no es¬
taban librados de ataques de
malhechores. Así por ejemplo,
Juan David Geymonat, casi fue
víctima de ima celada. Desper¬
tado durante la noche y llamado
afuera de su rancho, no bien
asomó al umbral de su puerta,
le tiraron un lazo, y cayó al suelo
para ser arrastrado hasta muy
lejos. Era vm jinete quien lo
había enlazado a traición. Afor¬
tunadamente, un hijo de
Ge)mionat, alarmado al no oír la
voz de su padre, tomó xma esco¬
peta y la descargó en la direc¬
ción del ruido. El asesino ate¬
morizado, cortó el lazo y se fue.
El 12 de junio de este mismo
año 1858, el Reverendo
Pendleton fue a Florida, para
enterarse “de visu” de las condi¬
ciones en que se hallaban los
Valdenses, y pudo cerciorarse
que era mejor para ellos buscar
un punto más conveniente, en
donde pudieran vivir máis segu¬
ros y más juntos”.
Hasta aquí, lo expresado por los
autores del libro méncionado.
Agreguemos que frente a esta
situación, los Valdenses resol¬
vieron irse para Rosario (depar¬
tamento de Colonia), cambian¬
do sus chacras de Florida. Y los
que no poseían tierras o habita¬
ban en la Ciudad, recibieron
11
Hechos de la historia
merced a benefactores (como la
Sociedad Agrícola de Rosario
Oriental, Don Doroteo García y
otros), tierras a pagar con facili¬
dades.
Y allá se instalaron, constitu¬
yendo la colonia próspera que
todos conocemos, y que pudo
poseer Florida. Cuando leemos
la nómina de Valdenses y loca¬
lizamos apellidos destacados a
lo largo de nuestra historia y en
la época actual, comprendemos
el mal que le ocasionó al país el
oscurantismo, el fanatismo y la
ignorancia de la época: factores
negativos que se oponían a las
mlsmeis ideas sustentadas por
el Dios que decían respetar y
adorar. Así perdimos nuestra
Colonia Valdense, que enrique¬
ció al departamento de Colonia
que los recibió y los protegió.
Sin embargo sus descendientes
no olvidaron su primer
asentamiento en nuestros cam¬
pos, por cierto mucho menos
fértiles que los de Colonia y ade¬
más influenciados negativa¬
mente por hombres que no cum¬
plían ton los preceptos huma¬
nistas que decían defender y
difundir.
W.M.G. 13112/85
' Hechos de la historia
La Estancia ‘‘La Calera”
está desapareciendo
(Nota IV)
Cuando la Jimta' Pro¬
vincial se hizo cargo de
la Estancia de La Cale¬
ra surgieron fuertes
presiones de parte de
un pro-hombre de la
época, Don Francisco
de Alzaibar, inmen¬
samente rico, que de¬
seaba comprarla. Pero
Alzaibar no gozaba de
mayores simpatías por
Así conocimos la Elstancia La Calera hace 25 años, con sus rejas y
puertas bajo un hermoso corredor cubierto con horcones de madera dura,
que aseguraron por siglos su estabilidad. (Foto de "Anales históricos de
Montevideo" Tomo !)•
parte de la Junta Pro¬
vincial (no sabqmos la
causa).
De nada le valieron las
razones eaqjuestas ante
este organismo públi¬
co, ni su Inmenso pres¬
tigio como hombre de
grandes riquezas, -po¬
seía campos, casas,
barcos, empresas, es¬
tablecimientos faene¬
ros-, ni sus vinculacio¬
nes entre los hombres
de negocios de la épo¬
ca. .
Además, ofrecía por la
estancia más dinero
que García de Zúñiga.
Pero no logró su empe¬
ño de comprarla, pues
le fue adjudicada en
definitiva a García de
Zúñiga. Éste ofrecía $
29.020,00 con cuatro
reales, mientras que
Alzaibar ofrecía
12
Hechos de la historia
/ í f
Aquí podemos observar la disposición de ios horcones de madera dura
(quizá Quebracho) que sostenía al pesíuio corredor, ffóto de "Anales
históricos de Montevideo" Tomo I).
$30.000,00, sin preten¬
der más que el campo
de la estancia. Mien¬
tras que García de
Zúñiga ofrecía menos y
con ciertas exigencias
como lo eran: la
exoneración del pago de
impuestos, la entrega
del ganado y útiles exis¬
tentes, etc.
Pero, no hubo caso... se
le adjudicó a García de
Zúñiga a pagar en cin¬
co años.
Por el terreno de la es¬
tancia $ 6.367 y 4 rea¬
les.
Por el ganado vacimo $
20 . 000 .
Por las Suertes de
Chamizo $ 700.
Por ranchos, utensilios
y aperos $ 433.
Suma: $29.020y4rea-
les.
Esta suma fue la que
pagó García de Zúñiga
por la Estancia de los
Jesuítas, más la canti¬
dad de ganado vacuno
que adquirió en $
20.000. Fueron42.000
cabezas, más los pro-
creos luego de la expul¬
sión de los Jesuítas y
además, los terrenos
“reedengos” de Timóte y
Mansavillagra que los
Jesuítas utilizaban pa¬
ra sus “corambres”. Si
se sumaba el "procreo”
al gcinado mayor, se lle¬
gaba al enorme rodeo
de 84.000 reses.
Es cierto que una res
mayor costaba 6 reales
o menos: pero de todas
formas no hay duda que
el negocio fue brillante.
No vamos a continuar
con este proceso tan
prolijamente descrito
por el Dr. Carlos Ferrés,
porque en realidad no
es éste el momento de
describirlo. Tampoco
desarrolleiremos aquí
las causas que impul¬
saron a Carlos 111 a ex¬
pulsar a los Jesuítas de
sus propiedades en
América, tema polé¬
mico y sumamente in¬
teresante para los
estudiosos de la histo¬
ria de nuestra América.
En este momento sólo
nos interesa poner a
salvo de la destrucción,
este establecimiento
pionero de nuestra in¬
cipiente industria agro¬
pecuaria. La familia
García de Zúñiga, su¬
mamente prolífica,
fue dividiendo la enor¬
me heredad y los bie¬
nes pasaron a distintas
personas que la siguie¬
ron e^lotando a través
de más de dos siglos.
En esta foto bastante posterior, se nota ya el deterioro y es visible
la ondulación que va stifriendo el corredor que más tarde se derrum¬
bará. (Foto publicada en El Heraldo, 23/05/86).
13
Hechos de la historia
En todos los títulos de
propiedad rurales ubi¬
cadas desde el Santa
Lucáa Grande hasta Flo¬
rida veremos: “del Go¬
bierno Español pasa a
la Compañía de Jesús,
de ella a la Jvmta de
Temporalidades, de ella
a García de Zúñiga” y
luego otros ocupan¬
tes...
Adjuntamos a esta no¬
ta, fotos de la estancia
que indudablemente re¬
cibió mejoras de peirte
de García de Zúñiga,
pero que en su esencia
edillcia arranca de los
Jesuítas.
W.M.G. 23105186
Eiste es el estado actual del antiguo casco. Las pitertas y ventanas han
quedado exptiestas pues los corredores cayeron, y la desol€uMn es total.
(Foto publicada en El Heraldo, 23/05186).
Vivencias
Leguisamo en Florida y
Don Talo Manera
Caricatura de Don Talo Manera tomando el
tiempo a uno de sus pupilos en 1931. La carica¬
tura es de Alberto Pratto. (flustracón del archivo
del Dr. Wilson Monti).
A veces recuerdo tres
frases que mantienen
vigencia a través de los
años y que ahora
resurgen en la crónica
que desarrollaré en esta
oportunidad.
Decía Don Alberto Riva:
“la propaganda escrita
perdura”.
Decía Don Lorenzo
DAuria: “todo lo que
no se escribe, se pierde
seguramente, luego de
dos generaciones”. -
Y escribía Don Orestes
Scotti que para cono¬
cer mucho de lo que fue
Florida, había que abrir
el “sarcóféigo” que po¬
seía aquel florldense
que fue Don Juan An¬
tonio Cabrera y de allí
“exhumar” lo que bus¬
cábamos.
Todo eso está presente
en esta ocasión, con
motivo de recordar la
primera carrera gana¬
da en el Hipódromo
Oficial, por Irlneo
Leguisamo.
Fúe en la época en que
yo hacía mis primeras
experiencias en el
“gateo”. Pero gracias a
14
Vivencias
Irineo Leguisamo visto por la pluma de Ramón Sarla (1994).
mi propio “sarcófago”,
a las Indicaciones de
Don Lorenzo D’Aurla y
a la máxima comerdéd
de Don Alberto Rlva,
hoy podemos transmi¬
tir lo que fue aquella
carrera y otras dls-
greslones que a lo me¬
jor pueden llegar a In¬
teresar.
Leguisamo, el “eximio”,
el jockey más destaca¬
do del Río de la Plata y
famoso todo el mundo,
tuvo su primera carre¬
ra ganada de acuerdo
al siguiente resultado:
“Hipódromo de Florida.
Reunión del día 7 de
marzo de 1920.
2- Carrera, Premio Ma¬
chete, 500 metros.
1®) Curruca, 40/43
por Vago y Yegua
S/P del Stud
Ensayo.
1. Leguisamo
126-133.
2®) Viuda, 55/56
N. Uzarrete
101 - 100 .
3®) Sun Flower,
47/52
A García 19-8.
4®) Paisanita,
51/49
M. Gulchón34-67.
Tony, 59 F. Medina 64-
40; Gonda, 59 T. Ber-
días 106-107; Mala Fe,
57 N. Meló 7-6; Brillan¬
te, 53 (con Paisanita) F.
País; Grupito, 52/49 P.
Morales 17-28; Guavl-
)ni, 42/39 C. Ibarra 5-
2 .
Corrieron todos.
Dividendos de Curruca
$ 6,00 y 3,60; Viuda $
3,20.
Sun Flower $ 17,05.
Ganada por 1 y 1/2
cuerpo. 1 cuerpo de la
2° a la 3°.
Tiempo 0.29
Compositor Natalio Ma¬
nera.”
Con esta carrera se Ini¬
ció el ciclo triunfante
del “Eximio” en Hipó¬
dromos Oficiales: Flo¬
rida, Maroñcis, Palermo,
San Isidro, LaPlata, etc.
Pero veamos lo que dice
la crónica de “Turf
Florldense”, revista pu¬
blicada por los años
1930/31 y que fue rea¬
lizada en gran parte por
la pluma de Don
Ladislao Rey Pastorinl,
“alma máter” en la re¬
cuperación de Hipódro¬
mo de Florida.
15
Vivencias
Leguisamo en la época que ganó con Curruca.
(Foto publicada en el lAbro de Florida", editado
por Diario del Plata).
Decía dicho artículo
dedicado a la vida de
Irineo Leguisamo:
“cuando en busca de
datos e impresiones
para Turf Floridense'
abordamos al simpáti¬
co decano de los
cuidadores del solar,
Don Talo Manera, en
dos momentos lo vimos
conmoverse hasta la
emoción: era un frío
atardecer dejunloyTalo
había ganado tempra¬
no la cama. Demás está •
decir que con motivo de
los temas preferidos,
giraba no recordamos
sobre qué punto la con¬
versación, y de repente
al igual que cuando mo¬
mentos antes referíalas
proezas de Totoral (1),
vemos que las cobijas
se arrollan, el semblan¬
te de Talo se ilumina y
lo tenemos incorpora¬
do en el lecho, habla
pronunciado el nombre
de Leguisamo. Sus pa¬
labras brotan “sin or¬
den ni concierto” al re¬
cuerdo del “genio igno¬
rado” que pasó a su vera
empuñando las riendas
de algunos de sus
parejeros.
“Pongan que yo fui
quien lo hizo ganar en
el Hipódromo por pri¬
mera vez a Leguisamo;
vino derecho aquí, a mi
casa... comía aquí... Lo
trajo Chinchín Flores,
para correr a Curruca,
Golosina y otro caballo
de Pedro ZanelU, no me
acuerdo cuál... ¡Qué me
dice!... Era un tlpito in¬
significante. .. La figuri¬
ta no decía nada... pero
nadal... ¡Quién iba a
decir que en ese saco
había chicharrones!
¡Recuerdo que tenía
una condición que era
buena: se venía como
durmiendo arriba del
caballo... Dése cuenta...
Figúrese que una vez la
dije: '¡Che! ¿No ves que
vos no podés ganar nin¬
guna carrera? Te venís
como durmiendo... no
tenés nervios'... Mu¬
chas veces se lo hice
presente... ¿qué me
dice? Porque la prime¬
ra carrera me la ganó
con Curruca y después
me perdió otras. Me
acuerdo que cuando le
decía eso, unas veces
se sonreía y levantaba
los hombros... otras
veces me miraba indi¬
ferente con aquellos oji¬
tos perezosos, que pa¬
recían querer mirar
muy lejos y muy hon¬
do... Pero amigo: es que
ya tenía el “genio aden¬
tro” esa condición “era
la buena” y a mí me
desesperaba. Iba y ve¬
nia en casi todas las
reuniones... andaba
muy pobre en ese tiem¬
po... Después de ganar
con Curruca, al tiempo
se apuntó con un
“mandoble” de cien y
pico por boleto, con
aquel caballo Ranún
del Dr. Sierra. No ha
dado un dividendo más
grande... También ob¬
tuvo otros triunfos con
Tonyy Reina Juana que
habían traído de Salto,
y sé que también ganó
con un tordillo en
Durazno por esos tiem¬
pos”.
Quien conoció a Tío
16
Talo, revive su forma de
hablar y de actucir,
cuando relee la fideli¬
dad con que fue escrita
esta entrevista. Y revive
también la época de la
infanciay adolescencia
en contacto diario con
el Stud del Tío Talo en
su quehacer diario, en
los pedigree, en los
tiempos marcados, en
las pistas, en los baños
de los racers en la La-
gima del Bote y en los
dichos turfisticos con
una sabrosa experien¬
cia.
Y pasando los años, im
día nos confesaba: “Lo
que yo creí im defecto
en Leguisamo, era su
virtud: su tranquilidad,
su aplomo, su cabeza
fría, eran los atributos
que empleaba para sus
resonantes victorias”.
Talo conservó como im
tesoro la casaquilla roja
y negra de su Stud con
la que ganó Curruca.
Creo que con motivo de
ima visita de Leguisamo
al Hipódromo de Las
Piedras, Talo se la ob¬
sequió como un precia¬
do recuerdo prévlendo
seguramente su próxi¬
ma muerte, que se pro¬
dujo poco después ya
muy anciano.
(1) Totoral fue un potrillo
de su propiedad que le
dio grandes satisfaccio¬
nes. Ganó varios clásicos
en Maroñas y cuando
creía con él ganar la Polla
de Potrillos, se le mancó
de gravedad. Talo siem¬
pre le recordó como su
mejor caballo.
W.M.G. 25/01185
Mundo biológico
Ofidios en Florida
Nota II
Actitud de una cascabel ai morder.
En una nota anterior, comenta¬
mos el hallazgo en el departa¬
mento de Florida, de víboras de
Coral, hasta el momento igno¬
rada su presencia en nuestros
campos, por quien esto escribe,
a pesar de su curiosidad e inte¬
rés por conocer lo más
exhaustivamente posible a es¬
tos integrantes de nuestra fau¬
na.
Pero la Coral no es sino una de
nuestras “indeseables” compa¬
ñeras de este mimdo biológico,
ya que también habitan sobre
nuestro suelo floridense otros
ejemplares, a los cuales por lo
menos debemos conocer y tam¬
bién respetar.
Cerca de nuestra ciudad sólo
vemos culebreis y no víboras.
Aquellas, las culebras, son in¬
ofensivas, con características
propias: pero igual las destrui¬
mos sin ninguna razón, quizá
por aquella tradición venida
desde los tiempos bíblicos, rela¬
cionada con el episodio de “Adán
y la serpiente”... Lamentable
error. Porque nuestras culebras
son animales útiles, que en nada
nos peijudlcan, pues devoran
ratones, Coleópteros, cucara¬
chas y otros pequeños y aún
perjudiciales seres. Esto quiere
decir que lá “Pajarera” o víbora
negra, la víbora verde, o aquella
que ostenta los colores de
Peñarol, o la de “vientre rojo” o
una cantidad de culebritas in¬
ofensivas, son víctimas del odio
y el desprecio humano sin nin¬
guna razón valedera.
Son comunes los dichos: “se
arrastra como una víbora”, “es
una víbora”, “tiene una lengua
de víbora”, etc., significando de
esa manera que la persona a la
que van dirigidos esos epítetos
es un ser despreciable.
La verdad es que las culebritas
que vemos en las cercanías de la
ciudad de Florida, son inofensi¬
vas; aunque aveces para impre¬
sionar toman actitudes agresi¬
vas, que no pasan de ahí.
Pero si nos trasladamos al NE de
nuestro Departamento, encon¬
tramos fundamentalmente dos
especies de víboras ponzoñosas
que son de temer y de respetar:
la “Víbora de La Cruz” o
“Crucera” y la “Yara” o “Yarará”.
Decimos 'fundamentalmente',
porque casi se ha extinguido allí
la “Víbora de Cascabel” tan te¬
mible y tan difundida por toda
América. En la zona de Cuchilla
Grande, siguiendo hasta
Reboledo, se encuentran estos
ejemplares de ofidios, y en este
sitio, aunque son escasas, se
vieron alguna vez cerca del Arro¬
yo Milán.
Son lugares serranos con valles
húmedos y fértiles en donde
viven en su verdadero hábitat.
Sabemos que se alimentan de
ratones, apereás, sapos, ranas,
huevos, artrópodos, etc.
Pensamos que en la zona de Isla
Mala, por ejemplo, encontrarian
también pedregalesy pajonales,
valles húmedos, y cañadas pró¬
digas en especies alimenticia.
Pero el habitat es un asunto
complejoy no siempre fácil com-
17
Mundo biológico
pn'nder y explicar. Los campos
más poblados de ganado y de
hombres las ahuyentan, los
campos más solitarios son pre-
íeridos por ellas. De este lado del
Yí no hay cruceras, o hay pocas;
en el Departamento de Durazno,
al otro lado del Yí, abundan. No
olvido nunca el nombre de una
estancia: “Las Cruceras”.
Lo cierto es que tenemos a esas
compañeras de nuestro mundo
biológico, en esa zona de Flori¬
da: Cerro Chato, Valentines,
Nico Pérez, Illescas, Cerro Colo¬
rado y a veces hasta Reboledo.
¿Cómo son?
La Víbora de la Cruz o Crucera
[Bothrops cdtematus) y la Yara o
Yarará (Botthrops neuwiedi
pubescens) se parecen mucho;
pertenecen al mismo género y
se diferencian en ciertos deta¬
lles.
La Crucera es algo más grande.
Hemos visto alguna de hasta im
metro y medio, mientras que la
Yara difícilmente alcanza a un
metro. Las manchas de su cuer¬
po son distintas: la Crucera pre¬
senta manchas oscuras en for¬
ma de herradura, mientras que
la Yara ofi'ece manchas en for¬
ma de trapecios. La Crucera
prefíere lugares húmedos, mien¬
tras que la Yara prefíere lugares
pedregosos.
Estos ofídios, lo mismo que la
Cascabel que describiremos
después, presentan los caracte¬
res de los ofídios ponzoñosos,
(con excepción de la Coral que
tiene un aspecto de culebra
inofensiva): cabeza chata trian¬
gular, boca grande, fosetas, pu¬
pila vertical, cuerpo ancho, cola
afílada bruscamente, y dientes
Inyectores de ponzoña produci¬
da en glándulas especializadas.
Estos dientes son móviles, y
renovables cuando los pierden
(solenoglifos). Tienen toxinas,
muy activas, a veces mortal.
Son agresivas cuando se las pisa
o molesta. No buscan al hombre
para atacarlo: sus mordeduras
siempre son causadas por acci¬
dentes.
Son im problema grave en Bra¬
sil, Argentina, o Paraguay, pero
en nuestro país los accidentes
por mordeduras son escasos, y
fácilmente tratables (claro que
si hay tiempo y se tiene el suero
a mano).
Debemos exterminar cuanta
Crucera y Yarará veamos y no
hacer como sucede en la India
en donde la Cobra es considera¬
da im animal sagrado y no se la
mata porque dicen los libros
sagrados que una Cobra dila¬
tando su cuello (es común en
esa especie) protegió del Sol a
Buda e impidió que éste murie¬
ra por insolación bajo su ar¬
diente calor...
En la India mueren miles de
personas por año por mor¬
deduras de Cobra, una pariente
cercana de nuestra Coral, y con
un veneno tan violento como.el
de ella.
Cabe aquí repetir las precaucio¬
nes aconsejadas, al frecuentar
zonas en donde hay probabili¬
dad de hallar especies ponzoño¬
sas: usar botas, no destruir la
fauna ofióloga, tener suero a
mano, destruir todas las víbo¬
ras ponzoñosas que se encuen¬
tren, y no introducir las manos
en cuevas del campo.
18
Mundo biológico
¿Cómo actúa el veneno?
Solamente diremos que produ¬
ce lesiones en el lugar de la
mordedura, y posterior acción
sobre el sistema nervioso, cora¬
zón y pulmones. Fuertes sínto¬
mas de intoxicación, hemorra¬
gias, postración, etc... Si la víbo¬
ra no ha mordido antes a algima
presa, sus glándulas están re¬
pletas de ponzoña. Si ha mordi¬
do, ya ha gastado parte de ella y
los fenómenos tóxicos son más
leves.
¡Cuidado con ellas! Generalmen¬
te las mordeduras son en las
piernas, pues no pueden subir
más arriba apoyándose en la
cola y parte inferior de su cuer-
po. Más graves son las
mordeduras en el cuello o en los
brazos -por su proximidad a los
centros nerviosos-.
Las víboras venenosas repre¬
sentan un tremendo problema
par los monteadores, cortado¬
res de paja, “capincheros”,
arroceros, niños descalzos, etc.
Los niños que persiguen lechu¬
zas o mulitas, o que desconocen
a veces el poder mortífero de
estas víboras, están muy ex¬
puestos. Teníamos una Crucera
Cabeza de una Cascabel.
de más de un metro en nuestro
Liceo, traída de Caraguatá (Ta-
cucirembó).
Para finalizar, haremos algunas
consideraciones sobre la Víbora
de Cascabel [Crólalus durissus
terríflcus) difundida en toda
América, y considerado el más
peligroso de nuestros ofidios,
pero el menos frc(njente.
En Florida, en los lugares des¬
critos puede encontrarse, pero
esmuypocofrc<nicnte. Sonmás
comunes en Uivalleja, Maído-
nado, Rocha, etc.
La Cascabel vive en zonas pe¬
dregosas y tiene una alimenta¬
ción semejante a las otras víbo¬
ras. Posee en la extremidad de la
cola, ima serie de anfilos cór¬
neos, que sacude nerviosamen¬
te cuéindo está irritada.
Su cuerpo tiene una forma se-
mejcmte al de los otros ofidios
ponzoñosos, es grueso y aveces
llega a un metro de longitud.
Presenta manchas en forma de
rombos y el “cascabel" caracte¬
rístico. Su veneno es muy acti¬
vo, siempre grave y hasta mor¬
tal, si no se trata rápidamente al
paciente.
En el Museo de la Fauna de
Piriápolis, hay un hermoso ejem¬
plar proveniente de la Sierra de
las Ánimas.
Además de las zonas descritas
puede encontrarse en Artigas,
Rivera y Tacuarembó, siempre
en zonas pedregosas.
Existe suero específico para sus
mordeduras y suero polivalente
en el que se incluyen los de otras
especies, que es eficaz, siempre
que sea administrado en el me¬
nor lapso de tiempo posible.
W.M.G. 28/11/85
Hechos de la historia
Algunos aspectos vinculados al recuerdo del Héroe de Sarandí
Un valiente hijo de la Patria
El 12 de Octubre de 1902 se
descubría en la Plaza de Minas,
el monumento al Gral. Juan
Antonio Lavalleja, Jefe de la
Cruzada Libertadora y Triunfa¬
dor de Sarandí.
La hermosa ciudad de las sie¬
rras, luego de haberle visto na¬
cer en la vieja casona que aún se
conserva -transformada en
museo-, lo veía erguirse en su
plaza principal, con un gesto de
arrojo, que debe haber sido su
gesto Cciracteristico en la carga
de Sarandí y que Juan Ferrari,
captó con tanta belleza y realis¬
mo.
Fue este monumento (cuya foto
19
reproducimos), dprimeroecues-
tre que tuvo nuestro país, con
un realismo impresionante al
que sólo le falta el consabido
grito de la carga avasallante;
“¡Carabina a la espalda y sable
en mano!”, para completar la
magnífica creación de Ferrari.
Decía “El Viejo Pancho” en su
Hechos de la historia
Monumento al Gral. Juan Antonio Lavalleja en Minas, tPoto del
archivo del Dr, Wilson Monti).
poesía inolvidable “Ni carrera”:
“Con ver cómo se cífirma en los
estribos
te vas a convencer que... ¡ni ca¬
rrera.'”
El escultor Juan Ferrari, siguió
la senda de su padre, el también
exquisito artista que realizó
nuestro monumento a la Inde¬
pendencia Nacional, que luci¬
mos en nuestra Plaza Asam¬
blea.
Grandes festejos se realizaron
en esa oportunidad, en que una
verdadera multitud acudió al
descubrimiento del monumen¬
to a su valiente y sacrificado
hijo, haciendo oír a la multitud
su emocionado canto a la pa¬
tria, el Dr. Juan Zorrilla de San
Martín y el poeta Raúl Montero
Bustamante.
He aquí otro hecho interesante
relacionado con este episodio:
el día 15 del mismo mes y año,
es decir tres días después de
inaugurado el monumento, la
Comisión de festejos visitó a la
hija del Gral. Lavalleja, Doña
Ana Lavalleja de Landívar, quien
los recibió en la vieja casona de
los Lavalleja, en la calle Misio¬
nes (hoy felizmente conservada
con todos sus detalles, y trans¬
formada en Museo Histórico).
Allí se tomó la foto que acompa¬
ña esta nota, en la que se ve a la
Sra. Ana Lavalleja de Landívar
acompañada por el escultor
Ferrari, el Sr. Juan R. Albistur,
el Dr. Juan Zorrilla de San
Martín, el Dr. Juan M. Sienra y
Carranza y el Senador Federico
Canfield. Junto a ella aparecen
la Sita. Galli y el poeta Raúl
Montero Bustamante. También
dice la crónica, que estaban pre¬
sentes los descendientes de al¬
gunos héroes de la Cruzada
Libertadora, como Trápani,
Latorre y Zufilategui.
El po’eta Montero Bustamante
leyó su poema “Canto a
Lavalleja” (que había declama¬
do tres días antes en Minas), ala
hija del prócer:
“He puesto la mano sobre el
corazón de la patria
y lo he sentido latir...”
La señora Lavalleja, honda-men¬
te conmovida, lo agradeció.
Nuestro inolvidable amigo, don
José Víctor Mendizábal, alcan¬
zó a conocer, siendo niño, a la
anciana señora, por ser amigo
de su hijo, el Sr. Landívar
Lavalleja, que concurría a Flori¬
da con cierta asiduidad. Decía
Don Víctor, que era la estampa
viva de su abuelo el General.
En una ocasión, le acompañé a
visitar la casa de Lavalleja. Allí
contemplé el centenario banano
existente en uno de sus patios,
y el mismo mobiliario que pro¬
cedía de la época en que vivía el
General. Todo estabaigual. Todo
fue cuidado con esmero: la sala
con su mesa, sobre la que el
cuerpo del Jefe de los Treinta y
Tres sufrió la autopsia, dada su
súbita muerte. Así como estaba
todo, había sido entregado al
Estado para su transformación
en museo.
La Casa de Lavalleja es ima fiel
representación de una época con
una arquitectura propia de las
primeras etapas de la patria,
época de la Invasión Portugue¬
sa. Así, cuidada y conservada
con esmero, pasó a ser propie¬
dad dé la nación.
Sarandí Grande, nuestra segun¬
da ciudad, luce el monumento
20
Gallinal, con motivo del Cente¬
nario de la Batalla de Sarandí.
Lejos de la ciudad, en el camino
a Polanco del Yí, existe un
obelisco que señala aproxima¬
damente el lugar de este hecho
(le guerra que contribuyó gran¬
demente a afirmar nuestra li¬
bertad.
Sarandí guarda pues, en sus
campos, el recuerdo de la bata¬
lla que sostuvieron nuestros
hombres contra un imperio
avasallante e injusto. AUí estu¬
vieron juntos todos los Tenien¬
tes de Artigas que continuarían
cubriéndose de gloria hasta lo-
Hechos de la historia
Visita a la Sra. Ana lAwalleja de Landivar, El primero a la izquierda es el escultor Juan Ferrari.
El tercero es el Dr. Juan Zorrilla de San Martín. Sentado a la izquierda de la Sra. Ana Lavalleja,
el Senador Montero Bustamante. (Foto de 'Mundo Uruguayo" del 16110152).
cuya foto también figura en esta la patria. Por su parte, Minas
da historia, se proyecta y se
proyectará a lo largo de la exis¬
tencia de nuestra patria.
W.M.G. 11/10/86
nota. Obra de Don José Luis
Zorrilla de San Martín, fue do¬
nado a la entonces Villa de
Sarandí ñor el Dr. Aleiandro
tiene en su centro el monumen¬
to a su valiente hijo, que a través
de nuestra joven pero sacrifica¬
Monumento
a Lavalleja
en Sarandí
Grande.
(Foto del
archivo del
Dr. Wilson
Monti).
21
Mundo biológico
La leche: Alimento
vital de la familia
(Nota II)
El Uruguay es uno de los pocos países que tiene
el privilegio de beber leche fresca líquida, diaria¬
mente. No obstante, debemos informamos que la
leche puede sufiir modificaciones en su estmc-
tura química, buscándose mejoras nutritivas,
mayor estabilidad de su integración, conserva¬
ción, uso en fines terapéuticos, etc.
Leche maternizada o
humanizada
La leche de vaca, se puede adaptar a la composi¬
ción de leche materna humana, para ser emplea¬
da como alimento para los bebés lactantes.
Se busca que el organismo del niño que por
distintas razones no pueda alimentarse directa¬
mente del pecho materno, encuentre en esta
leche (generalmente en polvo), un sustituto.
Se ofrecen en el comercio leches para niños sanos
y para niños enfermos. En estos últimos casos, se
les modifica también el porcentaje de los compo¬
nentes de la leche natural, a los efectos de que el
organismo del niño enfermo, reciba el alimento
sin mayores problemas. Se trata pues, de un
alimento medicamentoso.
Leche en polvo o desecada
Esta forma de leche se ha generalizado mucho en
el consumo popular de nuestro país. Posee las
mismas cualidades de la leche hervida.
Se le ha quitado el agua por acción del calor, y
cuando se le agrega agua hervida, se le devuelve
la constitución química original.
Esta leche es una gran solución para las zonas del
mundo donde falta la leche fresca, por razones de
clima, por falta de ganado lechero o por razones
económicas.
Se consume leche en polvo en gran parte de los
Estados Unidos de Norteamérica, en América
tropical, África, Asia, Europa, Brasil, y aún en
gran parte de Argentina. En nuestro tiempo es
ima forma muy común de utilizar este alimento.
En Uruguay también se consume, pero en menor
cantidad. La mayor parte se exporta a otros
lugares del mundo. En tiempos no muy lejanos,
era un elemento de reserva que poseían las
usinas procesadoras de leche, para utilizarla
mezclándola con leche fresca, durante períodos
de escasez (sequías prolongadas, inviernos muy
fnos, o con temporales muy prolongados, etc.).
Posee el gusto de la leche hervida, por la coagu¬
lación de las proteínas y la formación de “carame¬
lo” por la acción del calor sobre la lactosa.
Además, por haber perdido el agua, su transporte
es más económico, que cuando se realiza en
botellas o bolsas plásticas.
Leche condensada
Se obtiene sacándole a la leche un porcentaje del
agua, pero sin llegar a la desecación, y agregán¬
dole azúcar. Esta forma de consumo de la leche
no es común en nuestro país.
Leche fermentada
La forma más común y felizmente cada vez más
consumida en nuestro país es el yogurt. Éste se
obtiene por acción de fermentos lácticos sobre la
leche. Es un excelente alimento para todos, par¬
ticularmente para personas con afecciones intes¬
tinales.
Se produce con leche integral o descremada, y
con agregados diversos como frutas, dulces, etc.
que lo hacen más apetecible aún.
Crema
Es la sustancia grasa de laleche. Si dejamos leche
en reposo, sube a la superficie la sustancia grasa,
formándose lo que vulgarmente se conoce como
“nata”.
Se altera fácilmente si no se le conserva a baja
temperatura. Tiene un alto poder nutritivo, ya
22
Mundo biológico
que posee las sustancias grasas de la leche y gran
parte de sus proteínas.
Se la utiliza mucho en la alimentación, básica¬
mente en postres. Cuando se batey se centrifuga,
los glóbulos de grasa se unen entre sí y se pierde
el agua existente entre ellos, formándose así la
manteca.
Manteca
La manteca es producida por el hombre, por los
métodos antes nombrados.
Es más rica en grasa que la crema y contiene
además proteínas, azúcares y sales minerales.
Su composición media es:
Sustancias grasas 90%
Caseína, lactosa y sales minerales 2%
Agua 8%
La manteca se altera fácilmente, tomando el
sabor a "rancio”. Para evitarlo, debe agregársele
sal o mantenerla a baja temperatura.
Es un producto tan alterable como la leche, por
poseer casi todos sus elementos químicos, por lo
cual su fabricación con crema cocida o mejor aún
pasterizada, destruye gérmenes nocivos para la
salud.
Su pureza puede ser modificada con el agregado
de diversas sustancias, como colorantes y aún
grasa animal, alterando de ese modo su csdidad.
Es un excelente alimento.
Quesos
El queso es un producto de la leche, conocido
desde épocas muy remotas.
Procede de la coagulación de las proteínas de la
leche, sobre todo de la caseína. Luego ese coagu¬
lado se somete a un tratamiento especial, para
formar lo que llamamos quesos, de los que hay
varios tipos.
Es un excelente alimento, pues contiene proteí¬
nas, grasas, y sales minerales, sobre todo sales de
calcio.
Los quesos pueden alterarse y adulterarse con
facilidad, por lo que deben ser atentamente con¬
trolados por las autoridades correspondientes,
sobre todo los llamados quesos caseros o de
origen desconocido.
Como vemos pues, la leche es un excelente
alimento: el más popular y el más noble.
Podemos decir que es capaz de ser un único
sustento del hombre, pues da casi todo lo que el
organismo necesita para cumplir sus funciones:
crecer y formarse armoniosamente.
Los productos derivados de la leche tienen tam¬
bién lógicamente un elevado caudal de elementos
nutritivos, que debieran estar prioritariamente
en la mesa de todos. Lamentablemente no ocurre
así, fundamentalmente por razones de orden
económico y también por razones de acostum-
bramiento.
Al respecto, puedo relatar una pequeña experien¬
cia: siendo Director del Liceo Departamental de
Florida, traté, tanto en verano como en invierno,
de vender a precios módicos, leche con cacao,
helada o caliente según la estación. Sin embargo
no tuve éxito, pues la mayoría de los estudiantes
preferían refrescos en base de jarabes con agua.
Por eso, aseguro que también existe un problema
de acostumbramiento y educación dietética que
debe venir desde el hogar.
El Brasil, por ejemplo, consume millones de litros
de leche liviana con jugos de frutas, que son un
verdadero refresco Alimenticio tanto para niños
como para mayores.
Repito entonces lo manifestado anteriormente:
nuestro país tiene el enorme privilegio de produ¬
cir leche en abundancia, lo que puede asegurar
a sus habitantes la posibilidad de ingerir leche
líquida fresca, lo que no sucede en otras partes
del mundo.
Esto no significa que la leche en polvo sea de
inferior calidad; al contrario: es la forma de
presentación de la leche más común en el mundo
y en esa forma debemos tomarla con total con¬
fianza, pues el agregado del agua correspondien¬
te, la transforma en la leche que se acostumbra
tomar hervida.
Una de las usinas pasterizadoras de nuestro país,
ha estado recibiendo más de dos millones de
litros de leche a diario. Es claro que esto sucede
en épocas muy favorables climáticamente. Pero si
a esta cantidad sumamos la leche que reciben las
demás usinas del país, más la producida
domésticamente, y la que se vende sin controles
sanitarios, vemos que la producción de este noble
alimento es considerable frente a un consumo
interno sumamente restringido, que no llega a los
500 mil litros diarios, número que se encuentra
estacionario desde hace varios años.
W.M.G. 27101186
23
Mundo biológico
Ecología: algo que
debemos aprender
en nuestros hogares
Nota III
El empobrecimiento de pasturáis
naturales es común en muchos
campos. Durante años se ha
practicado un pastoreo
esquilmante; no se han dejado
semillar las distintas especies
de pastos, y entonces, al cabo de
poco tiempo ya se observa ese
empobrecimiento.
Felizmente, las ciencias
agronómicas han tomado gran
impulso en el mundo, y científi¬
camente se ha procedido a recu¬
perar tierras empobrecidas, así
como a fertilizar campos natu¬
rales que conservan las espe¬
cies autóctonas de pastos, que
dieron justa fama a la calidad de
nuestros campos. Se han trans¬
formado campos yermos en pra¬
deras, utilizándose abonos y
semillas de nuevas especies que
se han desarrollado con vigor.
Siempre he dicho que creo en la
educación, repitiendo una vieja
aseveración de un calificado
maestro fioridense. Debemos
tomar conciencia que la tierra
no es nuestra: sólo lo es tempo¬
ralmente, durante nuestra bre¬
ve existencia, para luego pasar a
otras manos que la continuarán
trabajando.
Es decir que es un bien social,
que debemos cuidar y mejorar.
La tierra es un elemento vivo,
que se empobrece, enferma y
hasta muere, si no se le brinda
cuidado.
Hay países que hasta crean tie¬
rra fértil donde no existía. Ho¬
landa se la conquista al mar,
Israel la extrae de desiertos de
arena y piedra, Nueva Zelandia
y Australia utilizan hasta los
picos de las montañas para for¬
mar nuevas tierras... Todo esto
nos habla de la capacidad del
hombre para crear riquezas en
los suelos. Pero para esto, debe
ver a la tierra como el elemento
en el cual él va a vivir, y donde
también lo harán sus hijos, y los
que les sigan a ellos en la vida.
Una generación atrás, era inte¬
resante hablar con inmigrantes
italianos del sur de su paiís
(Nápoles, Calabria, Sicilia, etc.),
de cómo era el método de cultivo
que realizaban en sus monta¬
ñas: llevaban la tierra fértil en
canastos hasta las terrazas que
hacían en sus montañas -casi
todas de origen volcánico-, y de
esos pequeños “canteros”, ex¬
traían las verduras para poder
vivir.
En nuestro país es común el
arrendamiento de las tierras.
Esta forma de explotación no
sirve, pues el arrendatario no se
siente nunca apegado a esa tie¬
rra, pues sólo busca sacar el
mejor resultado del suelo explo¬
tándolo al máximo, mientras que
el propietario, que solamente
busca obtener la mayor renta
posible del bien, se desvincula
de la forma de explotación. Nun¬
ca se ve en estos casos, la plan¬
tación de bosques, el uso de
medios para detener la erosión.
la construcción de embalses de
agua, etc. El viejo aforismo “la
tierra para quien la trabaja!' es
una verdad que va ganando
adeptos en el mundo entero y
que en el Uruguay se tendrá que
aceptar a breve plazo.
La erosión en nuestro país reve¬
la cifras de enorme cantidad de
toneladas de tierra fértil que van
a parar al mar, arrastradas por
las aguas. Muchos de nuestros
ríos realizan un arrastre que los
va cegando. En la Barra del Pin¬
tado, para poner un ejemplo
cercano y nuestro, desapareció
una laguna de 100 metros de
longitud y bastante profunda,
cegada por arrastres de tierra,
seguramente proveniente de
chacras entre las cuales corre el
Arroyo Pintado. Algo realmente
curioso: esa laguna, cegada en
menos de treinta años, está po¬
blada de fresnos, cuyas semi¬
llas seguramente llegaron has¬
ta allí llevadas por las aguas de
Uuvia de nuestra ciudad.
Otro ejemplo nuestro, es el cam¬
bio del curso del Río Santa Lu¬
cía Grande junto a San Ramón.
Entiendo que estos temas y
muchos otros relacionados con
la ecología, tienen que ser la
base de la educación de los jóve¬
nes, no sólo de nuestro país sino
en todo el mundo. Las riquezas
de la tierra se agotan si no las
cuidamos. Sus especies anima¬
les y vegetales desaparecen si
no las protegemos. Nuestra vida
24
es amenazada si no protegemos
la vida de los otros seres que
conviven con nosotros, ya sean
animales o vegetales.
¿Hasta cuándo tendremos car¬
bón y petróleo? ¿Hasta cuándo
podremos mantener a raya a los
enemigos naturales de las fru¬
tas y las verduras? ¿Hasta cuán¬
do el mar nos seguirá entregan¬
do su riqueza, si lo estamos
contaminando, o lo que es lo
mismo, lo estamos matando?
La producción de oxígeno irá
mermando a medida que hace¬
mos desaparecer los bosques y
contaminando las aguas. ¿Sabe
el lector que el mar produce por
intermedio de las algas que en él
viven, 9/10 de la enorme canti¬
dad de 300 mil millones de tone¬
ladas de carbono, y que las plan¬
tas terrestres generan 1/10 de
esa cantidad durante un año?
Esto quiere decir, que la conser¬
vación de la flora terrestre y la
limpieza de los ríos y mares,
significa no solamente la con¬
servación de la producción de
carbono -elemento fundamen¬
tal en la materia orgánica-, sino
también significa la producción
de oxígeno, elemento básico de
la vida. Los vegetales producen
mucho más oxígeno del que
consumen en su respiración;
por eso los parques y las plazas
son llamadas "pulmones de las
ciudades*’.
Todos estos argumentos y mu¬
chos más -que nos llevaría mu¬
chas páginas escribir-, deben
hacemos pensar, que el hombre
no es el amo de todo lo que le
rodea. Somos un elemento más
de este conglomerado de seres
vivos y cuerpos bmtos, que es el
mundo en que vivimos.
La inteligencia del hombre lo ha
hecho dominador; pero la histo¬
ria y las ciencias biológicas nos
dicen, que con algunos de sus
actos está destmyendo el entor¬
no en que vive, con grave peligro
también para su continuidad.
W.M.G. 10/03/86
fyir* Ikon MontI Grané nació en
I f f i 25 de Mayo (Departamento
I i m ds Florida) el13 de junio de
mggmM 1919. Casado con Helena
i liill M Roca Serra, con quien tiene
tres hijos y siete nietos.
Cursó Primaria en la Escuela 2 de
Florida. Se recibió de Maestro Normalista
en el Instituto Normal de Montevideo, en
el año 1939. Obtuvo el título de Médico
Veterinario en la Facultad de Veterinaria
de Montevideo, en el año 1945.
Militó en el Batllismo y fue electo
Concejal en el Departamento de Florida
para el período 1962-1966. También fue
director de Abasto Municipal y Director
General de Higiene en el municipio de
Florida.
Fue docente de Enseñanza Secundaria y
Preparatorios; Profesor de la Escuela
Agraria de Florida; Profesor del Instituto
Normal de esta ciudad. Tantién fue
Director Interino del Uceo Departamental
de Florida.
Desarrolló una arrplia actuación gremial:
fue Presidente de la Asociación y la
Federación de Empleados y Obreros
Municipales.
Conferenciante y divulgador permanente
a través de diferentes medios: EL
HERALDO, Colecciones “Nuestra Tierra’’,
diario “El País’’, CW33 La Nueva Radio
Florida ..
Su vocación por la docencia lo ha llevado
a dictar charlas y conferencias en
centros educativos e instituciones
públicas, centrando su interés especial¬
mente en temas de historia nacional, de
historia lugareña, higiene pública y
ecología.
De las publicaciones realizadas en
EL HERALDO surge esta recopilación que
editamos en forma de fascículos
coleccionables.
Coordinación:
Nina Riva
Diseño gráfico y armado:
Mauricio Riva
Diseño de portada:
Aiejandro Martínez
Impreso en Talleres Gráficos de
Diario EL HERALDO S.A.
Florida, setiembre de 1994
DI. 20082/94
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